Absuelven a un joven acusado de robo agravado con arma en un confuso hecho ocurrido en “Las Canchitas”

La Justicia entendió que no se pudo acreditar el uso del cuchillo que agravaba la acusación. El fiscal había pedido un año en suspenso y reglas de conducta, pero la defensa logró la absolución por beneficio de la duda.

DESTACADA DEL DIA14/11/2025Carlos López Véliz Carlos López Véliz

 El fiscal había pedido un año en suspenso y reglas de conducta, pero la defensa logró la absolución por beneficio de la duda.

Un joven de apellido Zurita fue absuelto este jueves en la Cámara Penal N.º 3 en el marco del juicio que se le seguía por un presunto robo agravado por el uso de arma ocurrido en 2023 en el predio deportivo “Las Canchitas”.

El caso se había iniciado tras la denuncia de un organizador de un campeonato, quien afirmó haber sido increpado y desapoderado de 6.000 pesos mediante amenaza con un cuchillo, en medio de un fuerte reclamo por la falta de pago de los premios. La Policía actuó de inmediato, detuvo al sospechoso, recuperó el dinero y secuestró la supuesta arma blanca, encontrada oculta debajo del césped sintético, no en poder del imputado.

Testigos contradictorios y prueba debilitada
Durante el debate, los testigos ofrecieron relatos inconsistentes, sin poder precisar ni sostener la versión de que Zurita hubiera utilizado el arma para llevarse el dinero. Esa falta de claridad impactó de lleno en la calificación inicial.

El fiscal Augusto Barros sostuvo que, aunque el hecho existió, las dudas obligaban a readecuar la imputación, por lo que solicitó un año de prisión en suspenso y reglas de conducta.

Por su parte, el defensor oficial Mariano Guilla-Mondegui enfatizó la insuficiencia probatoria, recordó que su asistido no posee antecedentes, que el dinero apareció de inmediato, y que el propio Zurita negó en todo momento haber usado un arma. Señaló que la confusión generada por el desorden del torneo complicaba aún más la atribución delictiva.

La decisión del Tribunal
Tras analizar la prueba, la jueza Raquel Olmi concluyó que no existía certeza sobre el uso del arma ni sobre la modalidad agravada del hecho. En ese marco, y aplicando el principio de in dubio pro reo, resolvió absolver a Zurita.

El fallo cerró un expediente que había comenzado con una acusación severa, pero que terminó desmoronándose durante el juicio por la debilidad y contradicción de los testimonios.

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