“JUICIO ABREVIADO O EL RESTO DE TU VIDA EN PRISIÓN”

Dardo Exequiel “Peque” Condorí fue condenado a prisión perpetua por el homicidio doblemente calificado de su suegro, Raymundo Barrionuevo, en un fallo que cierra uno de los casos más estremecedores de los últimos años.
Este martes, en la Oficina de Gestión de Audiencias (OGA), se llevó a cabo la audiencia de cesura, donde la jueza directora del proceso confirmó la pena máxima luego de que el jurado popular declarara culpable al imputado el viernes pasado.
Condorí fue hallado responsable del delito de homicidio doblemente calificado, por haber sido cometido con ensañamiento y con el objetivo de ocultar otro delito (criminis causa), en calidad de autor. El crimen ocurrió en enero de 2023 y fue descripto durante el juicio como de una violencia extrema y deliberada.
La advertencia que no escuchó
Durante el desarrollo de la investigación, el defensor oficial Dr. Gandini le habría planteado a Condorí un escenario claro y determinante:
“Un juicio abreviado o el resto de tu vida en prisión”.
Según trascendió en el ámbito judicial, existía la posibilidad de avanzar en un juicio abreviado, con una expectativa de pena considerablemente menor a la que finalmente recibió. Sin embargo, el acusado rechazó de manera tajante esa alternativa, convencido de que contaba con elementos suficientes para desvincularse de la acusación y lograr su absolución.
Esa decisión estratégica terminó siendo crucial. El jurado popular no solo descartó su versión, sino que avaló plenamente la acusación fiscal, lo que derivó inexorablemente en la prisión perpetua.
Un crimen que conmocionó
El asesinato de Raymundo Barrionuevo generó un fuerte impacto social por la brutalidad del ataque y el vínculo familiar entre víctima y victimario. Durante el juicio se expusieron pruebas y testimonios que llevaron al jurado a considerar acreditado el ensañamiento y la finalidad criminal del hecho.
Con la sentencia dictada, Condorí pasará el resto de su vida en prisión, sellando así el desenlace más severo posible dentro del sistema penal.
El fallo deja también una advertencia implícita sobre las decisiones procesales: la oportunidad rechazada terminó costándole la libertad de por vida.