Testigos ratificaron la violencia en la comisaría de Valle Chico.

Tras la declaración de los testigos, el Tribunal pasó a un cuarto intermedio. La audiencia se reanudará el martes.

JUDICIALES 16/06/2022josejose
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En el Juzgado Correccional de Tercera Nominación ayer continuó el debate que tiene en el banquillo de los acusados a dos policías. Los uniformados imputados son Jesús Abel Rivas y Mariano Nahuel Vega. El primero fue acusado por “privación abusiva de la libertad personal” y “severidades cometidas sobre un detenido” y el segundo solamente por “privación abusiva de la libertad personal”.
El Tribunal es presidido por el juez Javier Herrera. El Ministerio Público Fiscal es representado por el fiscal Víctor Figueroa, quien está acompañado por el abogado de la querella Fernando Contreras. La defensa es ejercida por los abogados del foro local Víctor García, en representación de Rivas, y Orlando del Señor Barrientos asiste a Vega.
En esta segunda jornada se presentó una ronda con cinco testigos: dos jóvenes que habían estado demorados esa noche en la comisaría y tres uniformados que también estaban de servicio. Los jóvenes recordaron haber visto al denunciante ensangrentado. En tanto que los policías manifestaron que les había llamado la atención la actitud de Rivas en la casa de su expareja.
 

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Abogados de la Querella Fernando Contreras y Verónica Calderazi. 
 
De acuerdo con la investigación, apenas iniciada la madrugada del 26 de noviembre de 2019, Oscar Walter Barrionuevo se encontraba a bordo de su motocicleta Honda Enduro junto a su novia Daiana Monzón; el motor del rodado estaba apagado. La joven se encontraba sobre la vereda de su domicilio, en un barrio de la zona sur de la Capital. En dicha circunstancia se hacen presentes los numerarios policiales de la Comisaría Décima Primera, el oficial subinspector Rivas y el oficial ayudante Vega. Rivas conducía el vehículo en el que se desplazaban y observó la presencia de su expareja, la joven Monzón, junto con Barrionuevo. El uniformado se dirige hacia ellos, desciende del rodado con un arma larga consigo y con evidentes fines de privar de la libertad personal a Barrionuevo.

Minutos después, en la Comisaría Décima Primera, Rivas llevó al demorado Barrionuevo hasta uno de los calabozos de esta seccional. Allí quedaron ambos. En la ocasión, Rivas habría aplicado sobre Barrionuevo un trato riguroso y mortificante. En la investigación se señaló que, en dichas circunstancias, Rivas le habría exigido al privado de la libertad Barrionuevo que se sacara el calzado que llevaba puesto para pisarle los pies. Después, le habría ordenado que se diera vuelta y se arrodillara para aplicarle golpes en la espalda, en las costillas. Por la golpiza, Barrionuevo habría caído al piso y Rivas lo habría pateado en la sien derecha, mandíbula y detrás de la oreja derecha. 

 

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