IMPACTANTE OPERATIVO POLICIAL EN SAN ANTONIO: DEMORAN A MENORES QUE HACÍAN PICADAS Y “WILLY” EN MOTOS

Automovilistas valoraron la acción, pero los padres de los menores denunciaron a la Policía.

Un fuerte operativo policial se desplegó en la madrugada del viernes 2 de agosto en inmediaciones de la Quebrada de Moreyra y calle Ángela López, en la localidad de San Antonio, departamento Fray Mamerto Esquiú, donde un grupo de jóvenes —entre ellos varios menores de edad y también adultos— realizaban peligrosas maniobras en motocicletas, incluyendo “picadas” y “willy”, poniendo en grave riesgo la seguridad vial.

Los uniformados de la Comisaría de San Antonio sorprendieron a los motociclistas cerca de las 2:00 de la madrugada y procedieron a la demora de dos menores y al secuestro de las motos utilizadas. Según fuentes del procedimiento, las acciones desplegadas no solo afectaban a los propios conductores, sino también a automovilistas circunstanciales y vecinos del sector.

Varios conductores que transitaban por el lugar al momento del operativo destacaron el accionar policial, valorando la rápida y oportuna intervención que, según dijeron, evitó una posible tragedia.

Sin embargo, en un giro sorpresivo, los padres de los menores demorados se presentaron en la Unidad Judicial para denunciar a los efectivos policiales, alegando que sus hijos habrían recibido golpes durante el procedimiento. Esta reacción generó malestar en sectores de la comunidad, donde se cuestiona que en lugar de asumir la gravedad del accionar imprudente, los adultos responsables hayan centrado sus críticas en el personal policial.

Como antecedente reciente, en el mes de julio ya se tuvo que lamentar un hecho similar: un motociclista que realizaba maniobras temerarias derrapó y sufrió heridas gravísimas en la zona de Ruta Provincial N°1 y su empalme con Ruta 41, en la localidad de La Carrera. A más de tres semanas del accidente, permanece internado en terapia intensiva, luchando por su vida.

La fiscalía de turno ya tomó intervención en el hecho ocurrido en San Antonio y se abrió una investigación para determinar cómo se desarrolló el operativo. Mientras tanto, los vehículos secuestrados permanecen bajo custodia en la dependencia policial.

Este episodio vuelve a encender el debate sobre la responsabilidad de los adultos ante el comportamiento riesgoso de los menores, así como sobre los límites y respaldo al accionar de la Policía en contextos de alto riesgo vial.