IRRESPONSABILIDAD VECINAL

La irresponsabilidad de un vecino que arrojó brasas encendidas dentro de un contenedor de residuos pudo haber terminado en tragedia.
Un camión recolector de la Municipalidad de la Capital se incendió en plena tarea de recolección, luego de cargar un cesto que contenía cenizas y restos calientes, un material terminantemente prohibido por el peligro que representa.

El hecho ocurrió sobre la Avenida Manuel Navarro, a la altura de Manuela Pedraza, y generó una importante movilización de personal municipal, bomberos y maquinaria pesada para evitar la pérdida total del vehículo y daños mayores.

Según explicó Martín Barrionuevo, secretario de Servicios Ciudadanos, el fuego se desató a pocos metros de haber levantado el contenedor:

“El camión hizo unos 200 metros y comenzó a salir humo. Las brasas se reactivaron con el movimiento y el viento, y el fuego tomó la carga interna”, detalló.
Ante la emergencia, los operarios actuaron con rapidez: levantaron la tolva y descargaron la basura encendida para evitar que las llamas alcanzaran el motor. “Primero se prioriza la seguridad del personal y luego se intenta salvar la maquinaria”, remarcó Barrionuevo, quien calificó el hecho como una negligencia grave.

El incendio no solo puso en riesgo a los trabajadores, sino también a los automovilistas y peatones que transitaban por una zona muy concurrida. Bomberos debieron intervenir de inmediato para sofocar el foco ígneo y evitar su propagación.

El funcionario municipal advirtió además que este tipo de incidentes genera altos costos operativos para el municipio, ya que tras apagar el fuego se debe enviar maquinaria pesada y camiones adicionales para limpiar y recuperar el sector.

“Un simple acto de descuido puede terminar en una tragedia. No se pueden arrojar brasas, cenizas calientes ni materiales inflamables a los contenedores. Es poner en riesgo vidas humanas”, enfatizó Barrionuevo.
Desde el área de Servicios Ciudadanos apelaron a la responsabilidad vecinal y recordaron que los contenedores están destinados únicamente a residuos domiciliarios fríos y secos, insistiendo en la necesidad de conciencia comunitaria para evitar hechos de este tipo.