La condenaron a prisión perpetua y podría volver a su casa.

Sofía Beltramello fue condenada en abril de 2017.

DESTACADA DEL DIA 05 de mayo de 2023 Redaccion Catamarca en cana Redaccion Catamarca en cana
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En abril de 2017, la Cámara de Sentencia en lo Criminal de Primera Nominación halló culpable a Sofía Beltramello por el crimen del médico Ignacio Reinard Burchakchi, ocurrido en abril de 2015. En consecuencia, fue condenada a prisión perpetua. El fallo fue confirmado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación. No obstante, asistida por la abogada Mariana Barbitta, presidenta de la Asociación de Mujeres Penalistas de Argentina (AMPA), solicitó la prisión domiciliaria.


 
El Juzgado de Ejecución Penal de Primera Nominación, a cargo de la jueza Elizabeth Cabanillas, rechazó el planteo. La defensa presentó un recurso en la Corte de Justicia de Catamarca y el expediente ya se encuentra en trámite. La sala penal del máximo tribunal de justicia catamarqueño, integrada por los ministros Hernán Martel, Fernanda Rosales Andreotti y Verónica Saldaño, deberá pronunciarse.
 
El tribunal que la condenó la halló culpable por los delitos de "homicidio criminis causae" y "robo calificado por el uso de arma". Junto con Sofía Beltramello también fue condenado, como coautor, su primo Marcos Beltramello.
 
 

"La mamá de Sofía nos contactó en 2019 cuando AMPA estuvo en Catamarca. De hecho, ingresamos a la cárcel de mujeres y en esa oportunidad Sofía no quiso encontrarse con nosotros, tenía temor porque no sabía quiénes éramos. Su temor era porque lamentablemente hubo muchos grupos feministas que le dieron la espalda a Sofía. La madre me contactó, nos llamó por teléfono y le dije que estábamos a disposición", había comentado Barbitta.

 

 
En relación con la condena, la abogada consideró que, “a nuestro criterio, está condenada con una sentencia ilegítima. Hay un déficit enorme en la asistencia técnica de la defensa. No la fueron a ver nunca los defensores”.

Se detalló que la víctima era una persona ordenada, estructurada y metódica. Tales características, la joven conocía muy bien. “La hora para efectuar el atraco no fue caprichosa ni producto del azar. El robo debía hacerse antes de que la víctima se retire a trabajar, de otro modo no podría entrar a la casa”, se advirtió. Por ello, sin romper las puertas y sin que suene la alarma, lo que alertaría a todo el vecindario, surge con claridad al inicio del estudio de las pruebas que la única forma de ingresar a la casa era si el doctor abría la puerta y, “es precisamente lo que Sofía aprovechó, a sabiendas de que ‘el doctor’ a ella le abriría”.

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